Una de cada cuatro mujeres de más de 35 años y de los hombres de más de 40 sufre de incontinencia urinaria, fugas involuntarias de orina. Los niños la padecen en un 15%.
Muchos de los afectados, por pudor o desconocimiento, no siguen el tratamiento médico–kinesiológico que permite la reeducación del piso pélvico y una notable mejora de la enfermedad. Ante casos graves, existen cirugías y tratamientos de rehabilitación.
"El piso pélvico es muy importante para la calidad de vida y para el bienestar psíquico y físico, la kinesiología ha desarrollado tratamientos específicos con equipamiento adecuado para la rehabilitación del suelo pélvico", explicó la kinesióloga Marita Motta (MP 1508) del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires y miembro de la Sociedad Kinésica Argentina de Pelvipereonología.
"La incontinencia de orina produce mucha angustia en los pacientes, afecta social y psicológicamente a la persona que lo padece y es mucha la gente que no se trata por vergüenza o desconocimiento", agregó la kinesióloga de Pergamino, Marita Motta.
Entre los síntomas básicos de quienes padecen la enfermedad se encuentra la sensación de "estar húmeda todo el día" y con el temor a que quienes lo rodean perciban olor, situación que termina aislando a la persona, tanto en el ámbito social, como en el laboral.
"En todos los casos, el tratamiento de pacientes con incontinencia urinaria comienza con una derivación de especialistas médicos, del urólogo o del ginecólogo, en mi consultorio han llegan pacientes menores a 30 años", aseguró la Licenciada Motta y agregó que "en las mujeres las causas más comunes son el embarazo, parto, menopausia, en el hombre son las cirugías de próstatas y envejecimiento. La incontinencia también afecta a deportistas".
Es fundamental un diagnóstico preciso y un tratamiento precoz. Los primeros síntomas suelen ser las ganas súbitas de ir al baño y el aumento de la cantidad de veces que orinan en un día.
La fuga involuntaria de orina puede darse ante cualquier esfuerzo como toser, estornudar, levantar peso, deseo de urgencia, micción nocturna. Sucede, en general porque los músculos que controlan el paso de la orina, funcionan mal. Eso también provoca o está asociado con algunas disfunciones sexuales.
La práctica de algunas disciplinas deportivas provocan la enfermedad, por el mal uso de los músculos abdominales o, como el ciclismo, por lesiones en la próstata.
La licenciada Motta detalló que el piso pélvico está compuesto por músculos y ligamentos ubicados en la cavidad abdominal y pélvica que sostienen al útero, vejiga, recto y que cumplen diferentes funciones.
Cuando esta estructura se altera por debilidad muscular o alteraciones funcionales cambia la función; la estructura se modifica. Como consecuencia puede ocurrir incontinencia urinaria, fecal, dolor abdominal, disfunción sexual.