En la Argentina, la importación, distribución y comercialización del cigarrillo electrónico está prohibida por la ANMAT (Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica) por disposición 3226/11.
Además, la Ley Nacional de Control de Tabaco N° 26.687 incluye al cigarrillo electrónico como producto de tabaco. Es por eso que no está permitida su utilización en lugares cerrados de acceso al público como bares, restaurantes, locales comerciales y lugares de trabajo.
CINCO MITOS SOBRE EL CIGARRILLO ELECTRÓNICO
(Fuente: Unión Internacional Contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias)
La novedad y expansión del cigarrillo electrónico generó una serie de mitos en torno a él que se han esparcido en la población, hecho peligroso debido a la escasa información científicamente válida que existe sobre el uso de este dispositivo, y la facilidad con la que la industria tabacalera ha logrado posicionarlo como "el salvador de los fumadores".
Mito 1: No hace daño, es solo vapor
El cigarrillo electrónico contiene NICOTINA –alcaloide con un efecto funesto para el cerebro medio y el cerebro primitivo anterior- y otros químicos no especificados en la mayoría de los casos. No hay manera de que los consumidores del cigarrillo electrónico averigüen lo que realmente contiene el producto.
La FDA (institución encargada de la administración de medicamentos y alimentos en los Estados Unidos) ha comprobado que algunos cigarrillos electrónicos contienen DIETILENGLICOL – químico que tiene un historial de envenenamientos masivos y muertes- cuando se usa de forma inadvertida en lugar de propilenglicol en productos de consumo.
Mito 2: Ayuda a dejar de fumar
La nicotina es una de las drogas MÁS ADICTIVAS que existen. Consumirla a través de la combustión de un cigarrillo convencional o de la vaporización de un cigarrillo electrónico no tiene ninguna diferencia.
El Proyecto de Control Internacional de Tabaco realizó la Encuesta de Cuatro Países en Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Australia, demostrando que los usuarios de cigarrillos electrónicos no tienen más posibilidades de dejar de fumar que los no usuarios.
Mito 3: No afecta al consumidor pasivo
No pueden excluirse efectos adversos en la salud de los consumidores pasivos, debido a que el vapor emitido al ambiente contiene partículas líquidas finas y ultra finas inhalables de NICOTINA y sustancias que provocan cáncer.
El uso indiscriminado del cigarrillo electrónico en ambientes cerrados, lugares públicos y, sobre todo, en presencia de mujeres embarazadas, niños, ancianos o personas enfermas es un peligro latente, que podría causar una serie de daños a corto y mediano plazo aún no calculados por la industria de la salud y los gobiernos.
Mito 4: No es adictivo
Al contener nicotina, es IGUAL de adictivo que el cigarrillo convencional. A su vez, su forma moderna y sus sabores novedosos (chocolate, café, entre otros) –especialmente para adolescentes- incitan a su consumo más que el cigarrillo convencional, tornándolo extremadamente atractivo para una población vulnerable.
Mito 5: Los menores de edad pueden consumirlo
Respecto al uso entre jóvenes, las preocupaciones incluyen el impacto negativo potencial de la nicotina en el desarrollo del cerebro de los adolescentes, así como el riesgo de la adicción a la nicotina y el inicio del consumo de cigarrillos convencionales u otros productos de tabaco.
Un estudio reciente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, mostró que la experimentación y uso reciente de los cigarrillos electrónicos se duplicaron entre los estudiantes de secundaria y preparatoria del 2011 al 2012. Ello resulta en un estimado de 1.780.000 estudiantes que han usado alguna vez cigarrillos electrónicos a partir de 2012.
[Fuente: Fundación Interamericana del Corazón Argentina]