Cada año se registran 40.000 muertes de fumadores activos y 6.000 de fumadores pasivos, una cifra mayor que la provocada de sumar los decesos por la violencia, el SIDA y los accidentes de tránsito.
La Argentina lidera el consumo per cápita de America latina, con 15 cigarrillos por día, encendidos por casi el 34% de hombres y mujeres de entre 18 y 64 años, sin contar la población adolescente. En esa franja, aproximadamente un tercio ya es fumador.
El cigarrillo es un arma mortal y causa enfermedades dolorosas e incurables. El hábito de fumar es una de las principales causas prevenibles de enfermedades y muerte. En los Estados Unidos, por ejemplo, el cigarrillo mata cada año a más personas que la cocaína, la heroína, los homicidios, los accidentes automovilísticos y de aviación y el SIDA combinados.
El humo de segunda mano (el que es respirado por los no fumadores en ambientes donde se fuma), aumenta la mortalidad. Los padres fumadores pueden agravar el asma de sus hijos y aumentan su riesgo de contraer resfríos, gripes, o infecciones serias del aparato respiratorio. El cigarrillo también puede incrementar el riesgo de muertes súbitas infantiles. Durante el embarazo el consumo de cigarrillos eleva las posibilidades de aborto, parto prematuro y muerte fetal. Y suele reducir el peso de nacimiento de los bebés.
La nicotina es una droga adictiva, motivo por el cual mucha gente sigue fumando a pesar de todos los riesgos conocidos. La primera dosis hace que la persona se sienta despierta y alerta, mientras que las posteriores hacen que se sienta tranquila y relajada. Pero la nicotina es un veneno. Consumida en grandes cantidades puede paralizar los músculos de la respiración. El equivalente a la quinta parte de una aspirina, puede ser mortal.
Los fumadores incorporan cantidades muy pequeñas, que el cuerpo velozmente descompone, y por eso parece no hacerles daño. Sin embargo, aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco. También baja la temperatura de la piel y reduce el flujo sanguíneo a las piernas y pies. Aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
El tabaco es responsable de cerca del 30% de todas las muertes por cáncer y de casi el 87% de las muertes por cáncer de pulmón en Estados Unidos. Además aumenta el riesgo de cáncer de vejiga, riñón, páncreas, estómago y cuello del útero. El único consejo posible es dejar de fumar.
Señales, síntomas y enfermedades que provoca fumar
-Falta de aire y de agilidad.
-Cansancio general.
-Mal aliento.
-Tos fuerte y persistente.
-Disminución de los sentidos del olfato y el gusto.
-Mala circulación de la sangre (manos y pies fríos).
-Congestiones o bronquitis repetidas.
-Envejecimiento prematuro de la piel.
-Enfisema.
-Cáncer de boca, pulmón, bronquios, esófago, estómago y otros.
Cambios que se producen en el organismo al dejar de fumar
El tiempo en el que se perciben los cambios varía de fumador a fumador en proporción a:
-Los años de fumador. Cuanto más joven es al dejar, más pronunciados serán los beneficios.
-La cantidad de cigarrillos que consumió, según se trate de un fumador fuerte o leve.
En los 20 minutos posteriores a su último cigarrillo:
-Deja de contaminar el aire
-La presión sanguínea elevada por el cigarrillo, el pulso y temperatura corporal se normalizan.
A las 8 horas:
-El cuerpo comienza a cuidarse a sí mismo. El porcentaje de monóxido de carbono disminuye y el de oxígeno aumenta al nivel normal en sangre.
A las 24 horas:
-Disminuye la posibilidad de un ataque cardíaco.
A las 48 horas:
-Mejora el gusto y el olfato
A las 72 horas:
-Aumenta la capacidad pulmonar y mejora la respiración.
Entre los 2 y 3 meses:
-Mejora la circulación.
-Caminar se hace más fácil.
-La función pulmonar aumenta hasta un 30%.
Entre 1 y 9 meses:
-Disminuyen la tos, la congestión, la fatiga y la falta de aliento.
-Vuelven a funcionar las cilias de los pulmones y se reducen las infecciones.
-Aumenta la energía corporal.
Al año:
-Aumenta la expectativa de vida.
A los 5 años:
-Se equipara el índice de enfermedad cardíaca con el de los no fumadores.
-El índice de muerte por cáncer de pulmón se reduce en un 50%.
A los 10 años:
-El índice de cáncer de pulmón se equipara al de los no fumadores.
-Disminuye el riesgo de padecer otros tipos de cáncer (boca, laringe, esófago, vejiga, riñón y páncreas).
Por qué se fuma y cómo evitarlo
Los fumadores utilizan el cigarrillo para cubrir distintas necesidades de su vida. Algunos dicen "Me brinda más energía", a otros otros les gusta sentir el cigarrillo entre los dedos, algunos aseguran que los ayuda a relajarse o a superar malos momentos.
Comprender por qué se fuma y qué necesidades cubre el cigarrillo, es el primer paso hacia la decisión de dejar. Encontrar otros recursos para cubrir dichas necesidades puede facilitar el proceso.
Es importante aprender y utilizar técnicas de relajación, realizar ejercicios de respiración y visualización para contrarrestar momentos de enojo, además de realizar actividad física en forma regular. Los estudios muestran que el ejercicio alivia las tensiones y mejora el estado de ánimo. Si no puede solo, pida ayuda.
No es fácil superar una adicción pero mucha gente lo ha logrado, a veces recién después del segundo o tercer intento. Lo importante es saber que cuando se recupera el control sobre uno mismo no hay que volver al cigarrillo.
Se pueden experimentar algunos síntomas de 'abstinencia" como dolores de cabeza, nauseas, constipación, diarrea, fatiga, insomnio y problemas de concentración. Solo son temporarios, ante cualquier duda consultar a su médico.
Fortalecer la idea de disfrutar sin tabaco puede ser útil para dejar el hábito. Piense en los "pro" de dejar de fumar: podrá saborear el verdadero sabor de los alimentos, disfrutará de la mejoría de su aspecto, de su piel, podrá caminar, correr y subir escaleras más fácilmente, ahorrará dinero para otros placeres.
Claves para dejar de fumar
Escriba una lista de sus motivos para dejar.
Obtenga todo el apoyo que pueda. Si su pareja fuma , si es posible decidan dejar juntos.
Unase a un grupo para dejar de fumar.
Identifique los "disparadores" que hacen que fume -situaciones y lugares que lo hacen desear fumar- y evítelos todo lo que sea posible.
Cuando sienta ganas de fumar haga algo incompatible, como darse una ducha, ir al cine, realizar un trabajo manual.
Utilice recursos como masajes, yoga, meditación, como ayudas contra el estrés.
Beba mucha agua y jugos durante las primeras semanas.
[Fuentes: Dr. Alberto Cormillot / La Nación]