Cada 28 de Mayo, desde su instauración en 1987, se celebra el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer.
Aunque no son pocos los organismos, como la ONU, que, con el argumento de defender supuestos derechos, impulsan medidas contrarias a la vida, no hay dudas que trabajar por mejorar la salud de la mujer es un tema importante y necesario.
El Estado, en cualquiera de sus niveles, debe priorizar recursos en favor de la salud integral de la mujer y su fundamental función procreadora y su capacidad natural de gobernar un hogar, impidiendo que ocultos intereses sectarios la lleven a menospreciar la vida familiar como escenario propicio para su desarrollo.
Desechar el consumo innecesario de medicaciones -como los anticonceptivos- que favorecen la aparición de peligrosos episodios físicos como embolias o cáncer, es parte de las recomendaciones que un buen profesional de la salud debe ofrecer a la mujer, toda vez que tenga ocasión.
En la misma línea, la desmedida postergación de la maternidad, no amamantar a un hijo, fumar, consumir drogas y alcohol, por ejemplo, son acciones que aumentan las posibilidades de cáncer en una mujer.
Entre lo estrictamente médico, en San Isidro, se fomenta la toma de conciencia sobre el valor de los controles específicos como el Papanicolaou y la colposcopia, exámenes que debe realizarse la mujer de acuerdo a las indicaciones profesionales.
Aunque hay informaciones sobre problemas generados por su utilización, está difundida la práctica de vacunar desde de los 11 años, contra el virus del Papiloma Humano, que forma parte del Calendario Nacional de Vacunación.
Se recomienda también aprender a realizarse el autoexamen mamario y la realización de mamografías y ecografías ginecológicas, además de densitometrías óseas, perfil lipídico y control cardiovascular.
Los consejos para una buena salud, también para los hombres, incluyen una alimentación saludable y la realización habitual de actividad física.