Existe un producto ideal para alimentar e inmunizar a todos los bebés, que está al alcance de todos, que no requirie almacenamiento ni distribución, que ayuda a las madres a planificar sus familias y reduce el riesgo de cáncer.
Ese producto ideal es la leche materna, a la que todos tienen acceso al nacer.
La composición nutricional de la leche materna es ideal. Tiene un 8% de proteínas, 55% de grasa y 37% de hidratos de carbono. Contiene por lo menos 100 ingredientes que la leche de vaca no tiene y que son casi imposibles de igualar con fórmulas comerciales.
Cada nutriente es elegido del cuerpo de la mamá y puede cambiar de día a día según las necesidades del bebé. La leche materna tiene un 30% más de proteínas que la de la vaca. Esto no es solo beneficioso para el crecimiento del bebé, sino además para hacer más fácil la digestión de los alimentos.
Los pequeños que toman leche materna tienen menos posibilidades de enfermarse que aquellos que no lo hacen, esto tiene que ver con la transferencia de factores inmunológicos que transmite la leche materna y el calostro.