San Francisco de Sales inspiró a los fundadores de la entidad, por su amor a la ciencia y por la precaria pero eficaz comunicación social que utilizó para enfrentar los problemas de su tiempo. "Su coraje, tenacidad y optimismo nos siguen animando", señalan.
Desde su creación en 1976 la Fundación Sales otorgó más de un centenar de becas, importó drogas, compró equipos de investigación, costeó cientos de viajes científicos y pagó gastos de bioterios, publicaciones y patentes.