'Estoy feliz', dice la mamá del chico de 4 años que ahora escucha por un implante coclear
Misael Jonás, tiene 4 años y nació con hipoacusia neurosensorial profunda por lo que no habla aún, pero ya escucha.
En un consultorio del Hospital Materno Infantil "Dr. Carlos Gianantonio" [Diego Palma 505, San Isidro] su mamá -Daiana Godoy- y sus abuelos fueron testigos el 9 de Septiembre de cómo el implante coclear que le fue implantado comenzó a funcionar lo que implica que podrá hablar e integrarse al mundo oyendo.
Misael jugaba con autitos y animales cuando el médico activó el implante. Luego una fonoaudióloga se paró detrás de él y agitó un juguete de plástico: un sapo que cuando cierra la boca hace un ruido fuerte y seco. Lo repite varias veces.
El pequeño arrastraba un auto, lo chocaba contra otro, los levantaba y de pronto se quedó duro, se sentó derecho y clavó los ojos en la pared adelante. Sin mover el torso y con las brazos suspendidos en el aire, giró la cara hacia la derecha, bajó un auto y estiró la mano para agarrar el sapo. Misael ya escuchaba.
"Estoy feliz. Quiero que hable cuanto antes, que me llame mamá y que con el tiempo pueda desarrollarse. Pensé que no lo iba a lograr porque la operación cuesta 30.000 dólares, una fortuna imposible de pagar para mí, pero se tramitó todo por el municipio y fue rápido", dice Daiana apenas termina la consulta.
El intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, que acompañó todo el procedimiento, comentó: "Es una alegría inexplicable porque ahora él va a poder escuchar, hablar, ir a un colegio sin asistencia especial y crecer con todas las posibilidades".
"Se trata del primer implante coclear en el Materno Infantil. Estamos muy orgullosos. Esta operación implica que el niño en un futuro podrá concurrir a un colegio normal y no a uno de sordos; además desarrollará el lenguaje sin inconvenientes", había expresado el Dr. Pío Martínez, otorrinolaringólogo del Hospital, luego de la operación.
Daiana, acompañada por sus papás contó que notaron que el nene tenía un problema hace dos años porque no hablaba y pasaba muchas horas frente al televisor.
"Le hablábamos pero él no reaccionaba entonces empezamos a averiguar y en los estudios salió que era sordo. Se nos vino el mundo abajo. Pero cuando nos dijeron que existía esta posibilidad nos volvió el ánimo. Es un proceso largo pero, con paciencia y tiempo, todo puede lograrse. Verlo así es hermoso. Como cualquier madre, lo que ahora más espero es que me diga mamá", concluyó Daiana emocionada.
En un oído normal, las ondas vibratorias llegan al oído interno llamado cóclea (tiene forma de tubo enrollado en espiral), allí son convertidas en señales eléctricas que viajan hacia el cerebro a través del nervio auditivo.
En casos de hipoacusia, este equipo se coloca en la apófisis mastoides debajo del cuero cabelludo. El aparato tiene un receptor que cuando recibe un sonido lo convierte en señales eléctricas que van al cerebro para que la persona pueda escuchar. La única pieza que queda a la vista es la que recibe el sonido.
