Celebrar por la vida, una sana costumbre en el Día del Prematuro
Nuevamente el Centro Municipal de Exposiciones se colmó de médicos, familias y niños prematuros que, gracias a los cuidados y el seguimiento médico, pudieron salir adelante y hoy llevan una vida normal.
El intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, y el Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Dr. Gustavo Hirsch, acompañaron a los más de 100 chicos, que disfrutaron de un show teatral realizado por la compañía Proyecto Uno. "Festejar el día del prematuro es una gran felicidad. En esta fiesta se ve reflejado el gran avance que tiene San Isidro en el cuidado de los niños", manifestó Posse.
El jefe comunal destacó la labor del Hospital Materno infantil, en especial de su servicio de Neonatología, y del Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana El Nido: "Día a día, estos profesionales se esfuerzan para que estos niños y sus familias salgan adelante y tengan las mismas oportunidades de desarrollo".
Rodeada de sus pequeños pacientes, la directora del Nido, Dra. María José Fattore, comentó: "Da mucha alegría y emoción ver a los chicos, médicos y padres todos juntos festejando. San Isidro es un lugar de avanzada en políticas públicas de prematurez, siempre estuvimos un paso adelante".
Celebrar el triunfo de la vida, premiar la perseverancia y reconocer el valor de los padres de los niños prematuros, fueron los objetivos principales del evento, en el que hubo actividades y juegos para toda la familia. Además, se realizó una entrega de medallas a médicos y enfermeras del servicio de Neonatología del Hospital Materno, en reconocimiento a su trabajo diario.
Sabrina Cabrera, vecina de San Isidro, contó que es mamá de Tadeo que nació con sólo seis meses de gestación, pesando 800 gramos. "Al comienzo fue muy difícil, pero con la ayuda y contención de todos los médicos fuimos saliendo adelante. Estoy más que agradecida porque gracias a ellos, mi hijo está en perfectas condiciones". Diego Torre, padre de Violeta, expresó que ver a los chicos sonriendo y disfrutando del festejo le hace caer lágrimas de felicidad.
Rocío Molle relató que tuvo un embarazo complicado y que un pico de presión la obligó a realizar una cesárea de urgencia: "Ámbar nació de 29 semanas y temíamos que sufra distintas complicaciones en su salud. Sin embargo, la excelente atención de los profesionales hizo que su crecimiento sea normal. Además, el Hospital tiene algo muy bueno que es la residencia de madres, donde una se puede quedar y compartir todo el tiempo que se pueda con los chicos mientras se recuperan. Es todo impecable".