El término anorexia proviene del griego a-/an- (negación) + orégo (tender, apetecer). Consiste en un trastorno psicológico que provoca cambios en la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición.
Es un síntoma frecuente en multitud de enfermedades y situaciones fisiológicas consistente en la disminución del apetito, lo que puede conducir a una disminución de la ingesta de alimentos.
La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria. Su definición clínica dice que establece como característica principal la perdida auto-inducida de peso, provocada por una preocupación patológica por la forma y el peso del propio cuerpo, que más tarde se manifiesta mediante el control excesivo de la ingesta de alimentos.
Se produce una pérdida progresiva del deseo de comer y de la sensación de necesidad. Se presenta normalmente en la adolescencia (14-18 años de edad) pero en otros casos en edades más tardías (20-40 años de edad). Normalmente aparece en las mujeres, pero también se dan casos masculinos.
Por lo que se refiere a los hábitos alimenticios, las personas anoréxicas disminuyen total o parcialmente el consumo de alimentos, los seleccionan y observan que sean aquellos que ayuden a la reducción del peso. Llegan a realizar registro diario de las calorías consumidas y muestran un comportamiento obsesivo por las comidas, además, en algunos casos, tienen tendencia a comer lo mismo cada día a fin de mantener un estado máximo de autocontrol.
El comportamiento de las personas que padecen este trastorno es similar en la mayoría de los casos. Se convierten en personas que mienten constantemente a las personas que le rodean, normalmente a la familia, como método para evitar las comidas. Con motivo de acelerar el proceso de pérdida de peso corporal, muy rápido al principio, y ya que desciende en velocidad, practican ejercicio físico en exceso y tomanlaxantesy diuréticos. Muestran gran interés por la gastronomía y en alimentar bien a la gente de su entorno, ya que lo ven como una victoria "ellos comen y yo no, por lo que ellos engordan y yo adelgazo".
A medida que la enfermedad se desarrolla, se convierten en personas introvertidas y retraídas, pasan casi todo el tiempo alejados de todo contacto social, por miedo a que la situación les obligue a comer o porque su sueño de delgadez les consume todo el tiempo y no desean compartirlo con nadie.
Se considera que en la anorexia nerviosa existe una sobrevaloración de la importancia que tiene la forma corporal, por lo que se busca de manera insaciable el adelgazamiento. Se percibe la propia imagen corporal distorsionada, es decir, más grande de lo que realmente es. Pueden sufrir depresión, perturbados de leves a graves, ansiedad, tristezainfundada, pensamientos irracionales y hábitos de autolesión física.
La anorexia nerviosa puede poner en riesgo varios de los órganos corporales y recursos fisiológicos, particularmente en la estructura y función del corazón y del sistema cardiovascular. Por lo general, las personas que padecen de anorexia poseen un balance de electrolitos distorsionado, en particular, niveles bajos de fosfato asociados a la falla cardiaca, debilidad muscular, disfunción inmunológica y muerte. Aquellas personas que desarrollan anorexia antes de la adultez podrían sufrir de una atrofia en el crecimiento y, consecuentemente, de niveles bajos de las hormonas esenciales (incluyendo las hormonas sexuales) y de niveles crónicamente altos de cortisol. La osteoporosis también está asociada con la anorexia.
Los cambios en la estructura y función cerebral se constituyen como señales prematuras de esta condición. La ampliación de los ventrículos del cerebro se cree está asociada con la inanición, y su reversión es parcial aún cuando se retoma un peso corporal considerado como normal. La anorexia también está asociada con la reducción del flujo sanguíneo en los lóbulos temporales, y aunque este hallazgo no está correlacionado con el peso, es posible que se vuelva una condición de riesgo más que un efecto de la inanición. El abuso de determinadas drogas también puede provocar la aparición de la falta de apetito, fundamentalmente con aquellas estimulantes del sistema nervioso central.
Las personas con anorexia nerviosa, con frecuencia, usan la comida como una manera de ganar un sentido de control cuando otras áreas de sus vidas están bajo mucho estrés o cuando se sienten abrumados. Los sentimientos de incompetencia, baja auto estima, ansiedad, rabia o soledad también podrían contribuir al desarrollo de este desorden. Adicionalmente, las personas con desórdenes alimenticios podrían tener relaciones problemáticas o tener una historia de haber sufrido burlas respecto a su tamaño o peso. La presión de los amigos y una sociedad que identifica la esbeltez y la apariencia física con la belleza también puede tener un impacto en el desarrollo de la anorexia nerviosa.
Dada la naturaleza de este padecimiento, el tratamiento busca restaurar el peso corporal ideal, estabilizar al organismo, mejorar su estado nutricional y reestablecer los hábitos alimenticios. Conforme se avance en este proceso, deben abordarse los aspectos psicológicos y emocionales mediante psicoterapia, en ocasiones con ayuda de medicamentos contra la depresión.
Es posible que sea necesaria la hospitalización cuando la persona ha perdido mucho peso (por debajo del 30% de su peso corporal ideal, respecto a su edad, complexión y talla), continúa perdiendo peso a pesar del tratamiento o se presentan complicaciones médicas (problemas de frecuencia cardiaca, desorden de minerales y problemas mentales, como depresión o intento de suicidio).
Cabe mencionar que la anorexia nerviosa es una afección grave y potencialmente mortal. De acuerdo con algunos estimativos, conduce a la muerte en el 10% de los casos. Los programas de tratamiento con trayectoria tienen una buena tasa de éxito en la recuperación del peso normal, pero es común que haya recaídas.
Las mujeres que desarrollan este trastorno alimentario a temprana edad tienen una mayor posibilidad de recuperación completa; pero, la mayoría de las personas con esta afección seguirá prefiriendo estar en un peso corporal bajo y estar preocupados hasta cierto punto por los alimentos y las calorías. El manejo del peso puede ser difícil y es posible que se requiera un tratamiento a largo plazo para ayudar a mantener un peso corporal saludable.
Atención pública en San Isidro
Todos los viernes, a partir de las 12:00, en el consultorio 35 del Hospital Central de San Isidro [Av. Santa Fe 431, San Isidro] un equipo de nutricionistas, psicólogos, médicos clínicos y psiquiatras atienden gratis a pacientes con trastornos de la alimentación, cuyas enfermedades más frecuentes son la anorexia y la bulimia.
"Los pacientes suelen llegar al consultorio con una restricción importante de alimentos, miedo a la comida y a engordar. Sufren una distorsión de su imagen corporal: están muy flacas pero se ven gordas. Tienen dificultad para reconocer cómo es una porción normal. En el consultorio, trabajamos ese miedo a la comida y cómo combinar los alimentos", expresa la nutricionista Kira Mountjoy.
Las personas con anorexia por lo general tienen entre 14 y 18 años; en cambio, la bulimia suele presentarse en mujeres adultas, a partir de los 24. "La conducta más habitual es compensar la ingesta de alimentos con vómitos y actividad física en exceso", amplía la nutricionista.
La psicóloga Liliana Cantagalli indica que uno de los síntomas más evidentes es el descenso marcado de peso en pocos meses. "Los padres deben estar atentos si sus hijos tienen conductas raras después de comer como levantarse rápido de la mesa para ir al baño", agrega.