La actividad física regular, el gran aliado de la salud
Con la actividad física es posible controlar la glucemia, mejorar el riesgo cardiovascular, mantener un peso saludable y mejorar la sensibilidad a la insulina de una persona con diabetes, por supuesto que con el seguimiento del médico.
La diabetes es una condición crónica que afecta la calidad de vida de quienes la padecen, pero además impone ciertas restricciones en lo que tiene que ver con la alimentación y la dieta. Este factor, sumado a la necesidad constante de medicación y a los cuidados que los pacientes deben tener, lleva a muchos de ellos a pensar que realizar actividad física es prácticamente imposible.
Sin embargo, esto no solo es falso. Los pacientes con diabetes no solo pueden, sino que deben hacer actividad física, ya que esta brinda múltiples beneficios para la salud. No obstante, el ejercicio siempre debe estar controlado por el médico tratante, y además realizarse en forma regular. En cuanto a las actividades que pueden elegirse se destacan las aeróbicas.
En este sentido, aunque muchos piensan en inscribirse en un gimnasio, una simple caminata a paso vivo, que equivale a una velocidad de 5 km/hora, realizada durante por lo menos 30 minutos entre 3 y 4 veces por semana otorga grandes beneficios a la salud de los pacientes.
Lo fundamental es mantener la regularidad, dado que no sirve hacer una actividad extenuante un día, y al otro día una sumamente relajada y de baja intensidad. Si tenemos en cuenta que en términos de salud los beneficios de la actividad física persisten dos semanas, nos daremos cuenta que los conceptos de constancia y regularidad son muy importantes.
En cuanto a los beneficios puntuales del ejercicio en las personas con diabetes, es posible mencionar el aumento del consumo de glucosa por parte del músculo, lo cual se traduce en un descenso de la glucemia.
También aumenta el nivel de colesterol HDL, "bueno”, o "protector”, situación que reduce el riesgo de sufrir eventos coronarios. Finalmente, la práctica de actividades aeróbicas mejora la sensibilidad a la insulina, de manera que los medicamentos se comportan más eficientemente y mejoran el control glucémico.
Antes de empezar con una rutina de actividad física el médico debe evaluar al paciente, al tiempo que será también necesario elegir adecuadamente el calzado a utilizar, que debe ser cómodo y adecuado para la actividad física a realizar; y la alimentación previa, dado que no es recomendable hacer gimnasia en ayunas, porque esto somete al organismo a un estrés innecesario, e incrementa el riesgo de hipoglucemia.
La realización de una actividad física regular:
Mejora el control glucémico
Mejora el perfil de riesgo cardiovascular
Mejora la sensibilidad a la insulina
Permite mantener un peso saludable
Disminuye un 50% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2