El brócoli pertenece a la familia de las Crucíferas, a la variedad botrytis y a la subvariedad cymosa Lam. Se trata de vegetal duro de la familia del repollo, alto en vitaminas A y D que se desarrolla mejor en las estaciones frescas del año. Cada vez es más popular por sus ventajas para la salud y por sus formas sencillas de cocinarlo: al vapor, hervido, al horno o a la plancha.
El brócoli es uno de los llamados super alimentos por sus propiedades nutritivas y antioxidantes. Es rico en vitamina C y ácido fólico, es conveniente cuidar que no pierda sus propiedades evitando cocinarlo demasiado.
El brócoli es un pariente cercano de la coliflor y, según se lo ha investigado, contiene más nutrientes que cualquier otro vegetal: importantes cantidades de vitamina C, ácido fólico, potasio (que favorece el impulso nervioso y múscular), hierro y beta caroteno (vitamina A) importantes como antioxidantes (Consumir alimentos altos en antioxidantes puede reducir el riesgo de algunas formas de cáncer y de enfermedades cardíacas).
La conservación
Se recomienda conservar el brócoli, sin lavarlo, en bolsas plásticas grandes o perforadas en el recipiente para vegetales de la heladera. El brócoli que no se refrigera, rápidamente se pone fibroso y leñoso. El brócoli mojado rápidamente se pone suave y con moho en la heladera, así que lávelo antes de usarlo. Conservar el brócoli fresco en la heladera de 3 a 5 días.
Lave el brócoli con agua fresca de la canilla. El brócoli fresco es delicioso crudo o cocinado. Cocine el brócoli al vapor de 4 a 8 minutos (vaya encontrando el punto de cocción que más le agrade) o sumérjalos en agua hirviendo el mismo tiempo. El brócoli cocinado demasiado tiempo se pone de color verde oscuro y pierde sus nutrientes, especialmente vitamina C.
Las hierbas y las especias que le dan más sabor al brócoli son: albahaca, eneldo, ajo, limón, mejorana, orégano, estragón y tomillo.
Hay muchas recetas con brócoli es bueno ir encontrando el modo de incorporarlo a la dieta familiar.