En días de mucho calor se debe mantener el bebé fresco y protegerlo del sol para evitar deshidratación, insolación y quemaduras por el sol.
Sin embargo, los bebés amamantados no necesitan extra agua ya que aproximadamente el 90% de la leche materna está compuesta por agua. Incluso en los primeros días después del parto, el calostro es todo lo que se necesita para mantener al bebé bien hidratado.
Durante los primeros 6 meses de edad, incluso en días calurosos, el agua y los jugos son innecesarios para los lactantes alimentados con leche materna y, además, pueden introducir contaminantes o alérgenos. Lo importante es amamantar a demanda, la cual suele aumentar durante días de mucho calor. El bebé puede obtener todos los líquidos necesarios a través de la leche materna si su madre le amamanta cuando él se lo pide.
Cómo puedes proteger al bebé en un día caluroso
Mantén a tu bebé alejado del sol tanto como sea posible, sobre todo cuando el sol brilla más fuerte (entre las 11:00 y las 16:00). Al salir en un día caluroso, colocar un parasol o sombrilla en la silla para mantenerlo fuera de la luz solar directa.
Es importante aplicarle protector solar de factor alto. Muchas marcas están formuladas específicamente para bebés y niños pequeños, ofreciendo un factor de protección solar total (SPF) de 50 o más. Aplicar el protector solar regularmente, sobre todo si en la playa o en una pileta.
Un sombrero para el sol, preferentemente uno con ala ancha, protegerá del sol la cabeza y el cuello de tu hijo.