Aunque a primera vista parece no haber diferencia, la profesora Marcela Pereyra, preparadora fisica y técnica en nutrición, deja en claro la distancia que hay entre un término y otro.
El hambre es una sensación corporal asociada al déficit de energía en el cerebro. Es una necesidad básica biológicamente determinada.
A lo largo de la vida, lo que ingerimos refuerza y compensa el acto de comer. Lo hace de tal forma que luego, sin hambre biológica o real, sin descenso de glucosa o de lípidos, buscamos comida o bebida solo para obtener ese placer memorizado. Al consumirlas nos sentimos gratificados.
Entonces, el apetito es sinónimo de placer, selectividad. Es opción, por apetito elegimos lo que preferimos, lo que nos otorga gratificación.
El hambre es necesidad primaria, impulso inevitable. El apetito es necesidad emocional, placer, recompensa.
[Marcela Pereyra es preparadora física del gimnasio Al Trote, Bernardo de Irigoyen 833, Boulogne]