Argentina, el país con mayor obesidad infantil de América Latina
La obesidad y la hipertensión arterial son los principales riesgos a la salud, que debe afrontar el país, según un reciente estudio de la OMS. El Dr. Osvaldo Torrado, nefrógo, integrante del Comité de Hipertensión del Círculo Médico San Isidro habla sobre el tema.
Con el dudoso privilegio de liderar los porcentajes de obesidad en niños menores de 5 años en países de América Latina -con el 7,3% de prevalencia según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, la Argentina suma preocupaciones frente a uno de los mayores desafíos de la salud pública en este siglo: la epidemia de enfermedades crónicas que relacionan la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la insuficiencia renales y la propensión al stroke y el deterioro cognitivo precoz.
"Son enfermedades de la era moderna, una gran enfermedad social que viene creciendo desde hace unas pocas décadas, donde el crecimiento del tejido adiposo desencadena un aumento de una hormona vasoconstrictora llamada angiotensina, y todo este proceso se potencia con el sobrepeso", explicó el Dr. Osvaldo Torrado, especialista en nefrología e integrante del Comité de Hipertensión del Círculo Médico San Isidro.
No aumentar de peso, bajar de peso si es necesario y realizar ejercicio físico regularmente son las consignas sobre las que esta sociedad científica busca concientizar a toda la población.
A su vez el especialista remarcó: "los pacientes obesos tienen más riesgo de ser hipertensos y de tener menos controlados los factores de riesgo cardiovascular", y que en este sentido "hay que prestar mucha atención en los chicos, porque suelen tener cifras de presión más altas que los chicos delgados" y esto puede ser un predictor de hipertensión en la edad adulta.
"Cuando se baja de peso, bajan los valores de presión arterial", remarca el Dr. Torrado, que considera que no se trata solamente de compromiso personal: para esto se requiere, insiste, de más atención por parte del Estado a través de políticas de salud pública, "y de parte de la industria de los alimentos, de generar productos con menos azúcar, menos sal y menos grasas saturadas".
La Liga Mundial de la Hipertensión afirma que para disminuir los factores de riesgo relacionados con la hipertensión no se trata de establecer sólo una dieta, sino un estilo de vida: aumentar el consumo de frutas y vegetales, reducir la ingesta de queso, papas fritas, panceta, salsas, alimentos en conserva, comidas "chatarra", tortas y pizzas. Y sobre todo, comer con menos sal. Pero también practicar ejercicios físicos (puede bastar con una buena caminata diaria de 40 minutos) y dejar de fumar si es que uno lo hace.