La Intensidad de Radiación Solar Ultravioleta (ISUV) da indicación del riesgo del exceso de exposición al sol, con valores y calificaciones que son correlacionados con el tiempo mínimo en minutos para producir enrojecimiento y, eventualmente, quemadura de la piel.
La radiación solar ultravioleta o radiación UV es una parte de la energía radiante (o energía de radiación) del sol, se transmite en forma de ondas electromagnéticas en cantidad casi constante. La radiación UV desempeña un papel importante en la determinación de las condiciones climáticas, el balance energético y el equilibrio natural del planeta. La medición continua de este parámetro permite estudiar su comportamiento y relación con el estado de la biosfera y la salud humana.
La radiación UV se clasifica con relación a su comportamiento en la atmósfera terrestre:
Radiación solar ultravioleta tipo A (UV-A). Su longitud de onda fluctúa entre 320 y 400 nm. Alcanza totalmente la superficie terrestre, no es retenida por la atmósfera.
Radiación solar ultravioleta tipo B (UV-B). Su longitud de onda fluctúa entre 280 a 320 nm. El 90% se bloquea por el ozono y el oxígeno de la atmósfera. Es más energética y dañina para la biosfera que la radiación UV-A.
Radiación solar ultravioleta tipo C (UV-C). Su longitud de onda fluctúa entre 100 y 280 nm constituye la fracción más energética. Este tipo de radiación y otras partículas energéticas (rayos X, rayos gamma y rayos cósmicos) son retenidas totalmente en las región externa de la atmósfera y no alcanzan la superficie terrestre.
¿Cuáles son sus beneficios en la salud humana?
Las culturas antiguas consideraban que los baños de sol son benéficos para la salud. Actualmente se reconoce que la exposición sana al sol proporciona diversos beneficios, como que incrementa la respuesta inmunológica, mejora la capacidad de trabajo cardiovascular y promueve la síntesis de vitamina D para calcificar huesos.
La falta de vitamina D, calcio y sales fosfatadas en la dieta, además de la falta de exposición a la luz del sol, está asociada con casos de raquitismo.
La exposición excesiva a la radiación solar puede originar efectos negativos en la piel, ojos y debilitamiento del sistema inmunológico. El grado daño de la radiación UV en la piel, depende de la intensidad y la longitud de onda, así como el tipo de piel.
Entre los padecimientos asociados se pueden mencionar el cáncer de piel y otros transtornos cutáneos, cataratas y otros transtornos de la vista, envejecimiento prematuro e inhición del sistema inmunitorio.
La melanina es una proteína que protege la piel, al permitir que una pequeña fracción de la radiación ultravioleta penetre en la piel. Esta proteína es abundante en personas de piel negra y escasa en personas de piel blanca, siendo más propensas al desarrollo de enfermedades. Por esta razón deben tomar precauciones para evitar una exposición excesiva al sol. Una clasificación del tipo de piel, de acuerdo con el contenido de melanina y su vulnerabilidad es la siguiente.
I.- Extrasensitiva. Siempre se quema con facilidad, no resiste el bronceado. Piel muy clara (albino).
II.- Sensible. Siempre se quema con facilidad, bronceado mínimo. Piel y ojos claros.
III.- Normal. Se quema con moderación, bronceado gradual. Piel morena clara
IV.- Normal. Se quema mínimamente, bronceado adecuado. Piel morena oscura.
V.- Insensible. Raramente se quema, bronceado profuso. Piel oscura.
VI.- Insensible. Nunca se quema, piel con profunda pigmentación. Piel muy oscura.
Los ojos no tienen mecanismos de protección a la radiación solar, el desarrollo de cataratas en humanos es uno de los padecimientos asociados con la exposición. En animales domésticos y ganado se desarrollan cataratas, fotoqueratosis, daños en el epitelio de la córnea y diferentes efectos en la retina. En el ganado bovino la queratoconjuntivitis (infección ocular) se incrementa por la exposición a la radiación solar.
La protección de la radiación UV
Los ojos y la piel son los órganos más susceptibles a los efectos nocivos de la radiación UV. La mejor protección contra el sol es la ropa. Las partes de nuestro cuerpo que no quedan cubiertas pueden protegerse con productos que contengan filtros, son recomendables los protectores con SPF (Factor de protección Solar) de 15 y como mínimo de 20 para los niños, los SPF indican el tiempo de exposición al sol y se asocian al tiempo normal de exposición. Un tiempo normal de exposición al sol de 30 minutos y un SPF de 8, permiten un tiempo de exposición 8 veces mayor sin sufrir daños. El tiempo de exposición al sol no es infinito, los SPF solo ayudan a permanecer durante cierto tiempo extra expuestos al sol, éste no aumenta si aplicamos una cantidad mayor de bloqueador.
Los ojos pueden protegerse con el uso de sombreros y lentes que filtren el espectro UV. Un error común es creer que todas las gafas oscuras protegen de este tipo de radiación, cuando carecen de sistemas especializados para bloquear este tipo de radiación los daños aumentan, ya que solo filtran la intensidad luminosa de la radiación, provocan una dilatación mayor de la pupila y una mayor entrada de radiación UV al ojo.
Los efectos del sol sobre la piel
Quemadura solar
Dependiendo del tipo de piel (Ej.: piel sensible, que siempre se enrojece y broncea poco), de la estación del año, de la altura sobre el nivel del mar y de la latitud, uno puede quemarse seriamente en menos de 30 minutos de exposición solar. Aparecerán enrojecimiento y picazón/ardor en la piel, hinchazón de los tejidos más laxos (párpados, mejillas), ampollas y costras. Pueden asociarse fiebre, escalofríos, decaimiento, dolor de cabeza y obnubilación entre las 8 a 12 horas luego de exposiciones extensas.
Reflexionemos que se trata de una quemadura, que puede ser tan severa como otras (fuego, electricidad, calor, etc).
La quemadura solar debe interpretarse como la forma en que la piel nos advierte que está sufriendo. Una historia de quemaduras solares reiteradas en la infancia se asocia con una mayor frecuencia de aparición de ciertos tumores malignos de la piel. Recuerde: la prevención debe comenzar precozmente.
Bronceado
El bronceado aparece unas 48 horas luego de la exposición solar, como respuesta protectora a la injuria o agresión solar sobre la piel. Si bien habitualmente el bronceado se asocia a estado de salud y bienestar, debe considerarse como una reacción de defensa (insuficiente), basada en la producción de un pigmento natural –la melanina– capaz de filtrar parcialmente los rayos más dañinos. Prueba de ello es que la piel tiende a recobrar su color natural cuando cesa el estímulo.
Las personas pelirrojas o muy rubias (piel tipo I) que intentan vanamente broncearse sobre exponen su piel al sol. Sólo logran lenarse de pecas.
Foto-envejecimiento
El envejecimiento se manifiesta de dos formas en la piel:
a) Envejecimiento intrínseco: depende de la edad de la persona y de sus características genéticas (tendencia familiar a las arrugas).
b) Envejecimiento extrínseco: depende principalmente de la exposición al sol y, en menor medida, de otros factores climático (viento, humedad ambiental, temperatura).
El concepto de daño acumulativo es importante, muchas personas mayores aseguran que "desde hace años no toman casi nada de sol". ¡Lo que cuenta es la cantidad total acumulada a lo largo de la vida, no sólo lo ocurrido en tiempos recientes!
La prevención debe comenzar precozmente, con los niños pequeños, a quienes se les deben enseñar hábitos saludables respecto al sol.
Cáncer de piel
Si bien sabemos que la sobre-exposición al sol o las exposiciones reiteradas intensas y cortas no son la única causa del cáncer de piel, más del 90% de éstos aparecen en zonas expuestas al sol: la cara, las orejas (descubiertas) en el hombre, el cuello y los miembros superiores son las localizaciones más frecuentes.
Los cánceres de piel más frecuentes son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma maligno.
La transformación y la malignización de las células tarda tiempo en ocurrir. Es un proceso lento y se manifiesta como cambios graduales (pre-cáncer: queratosis), posibles de detectar mediante el exámen clínico de la piel y eventualmente con biopsias de las lesiones sospechosas.
Medidas sencillas para protegerse de los efectos perjudiciales del sol
Horario:
1. Reducir a un mínimo la exposición solar entre las 11:00 y las 15:00, o cuando su sombra es más corta que su altura. Privilegiar lugares con sombra (natural o artificial) y programar, dentro de lo posible, las actividades al aire libre en la mañana temprano o al atardecer.
Sombra:
2. Usar sombrero de ala ancha (10 cm ó más), camisas y pantalón de géneros de trama ajustada si la exposición al sol será intensa o prolongada.
Crema protectora:
3. Aplicarse siempre una pantalla solar 15 a 20 minutos antes de exponerse al sol. Cubrir las zonas expuestas en forma uniforme y reaplicarla con frecuencia (cada 2 horas aproximadamente) mientras permanezca al sol. Se recomiendan pantallas con Factor de Protección Solar no menor de 15. Para pieles muy sensibles o exposiciones solares muy intensas, usar F.P.S. 30 ó más. Usar Pantallas solares F.P.S. 30 ó más cuando se desarrollan actividades a gran altura o en zonas tropicales. La cantidad e intensidad de la radiación ultravioleta aumentan con la altura y la cercanía al Ecuador.
4. Aplicar la pantalla también en días nublados. (La "resolana" también quema.)
5. Las personas con piel clara, los que han padecido cáncer de piel, los que tienen gran cantidad de pecas y/o lunares deben extremar los cuidados. Aquellos que trabajan al sol deben protegerse diariamente.
6. La dosis de sol necesaria para la elaboración de vitamina D en la piel es mínima. No se justifica tomar sol para fijar el calcio a los huesos o evitar el raquitismo o la osteoporosis.
9. Si desarrolla irritación en la piel al aplicar la pantalla solar, consulte con su médico. Conviene cambiar de marca, buscando una fórmula diferente.
10. La foto sensibilidad (sensibilidad aumentada a los rayos ultravioletas) es un posible efecto secundario de ciertos medicamentos, drogas, cosméticos, píldoras anticonceptivas. Consulte con su médico.
11. Cuidarse de las superficies reflexivas: la nieve, la arena, el agua y el cemento pueden reflejar más de la mitad de los rayos solares.
12. No exponer al sol a los bebés antes del año de vida en los horarios de mayor intensidad. Proteger a los niños pequeños con pantallas solares, cuidando el horario y el tiempo que están expuestos. Es su responsabilidad. Enseñarles a los niños desde pequeños a protegerse del sol.
13. No usar camas solares, la radiación ultravioleta que emiten dichos equipos, causa quemaduras y envejecimiento cutáneo y pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Su uso con fines cosméticos es injustificable.
14. Convencerse y procurar convencer al prójimo que la "cultura del bronceado" puede y debe modificarse. Se pueden modificar los hábitos y costumbres respecto al sol, sin provocar temor, porque cuidar la piel es cuidar la salud.