A diferencia de la creencia popular que afirmaba que las personalidades más explosivas podían sufrir un ataque al corazón, hoy se sabe que las personas deprimidas, con más dificultades para socializar y para expresar sus sentimientos están más predispuestas a desarrollar alguna enfermedad cerebro vascular o alguna patología cardíaca.
Así lo revelaron las investigaciones dadas a conocer en el Segundo Simposio Latinoamericano Corazón Cerebro, llevado a cabo el pasado 21 de Junio, en la Ciudad de Buenos Aires, en forma conjunta por la Fundación Favaloro, el Bakken Heart-Brain Institute de la Cleveland Clinic y la Fundación INECO.
El abordaje "corazón-cerebro", un nuevo paradigma médico que da cuenta de las estrechas vinculaciones entre los sistemas nervioso y cardiovascular, propone un tratamiento conjunto de su problemática, como lo revelaron los científicos más prestigiosos del mundo y de nuestro país en este campo, quienes expusieron los últimos resultados de sus investigaciones que tendrán un gran impacto y aplicabilidad clínica en los próximos años.
Las vinculaciones entre el corazón y el cerebro se expresan básicamente en dos niveles. En primer lugar, el sistema nervioso ejerce su control sobre la función cardíaca. En segundo lugar, el sistema vascular se entiende como uno solo. De esta manera, las patologías que lo afectan, como la arterioesclerosis, lo hacen en forma relativamente uniforme, tanto a nivel cardiaco como cerebral.
Un lugar destacado ocupa la relación circular entre el estrés, la depresión, la enfermedad vascular y el envejecimiento. Los resultados de la investigación "Factores de Riesgo Conductuales para Enfermedades Cardiológicas" llevada a cabo por Leo Pozuelo, Director Asociado del Bakken Heart-Brain Institute, revelaron que la depresión es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad coronaria, a la vez que agrava su morbi-mortalidad. Esto mismo ocurre con la enfermedad cerebrovascular.
Según el especialista, "sabemos que personas que han tenido altos niveles de depresión, de ansiedad y de estrés comparadas con otras personas tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Por otro lado, las personas que ya tienen enfermedad cardíaca, si tienen niveles altos de depresión, de ansiedad o de estrés tienen altas probabilidades de un empeoramiento de su patología", así como, "aquellas personas que están muy aislados socialmente, que son inhibidos o tienen rasgos de hostilidad y fácil de enojarse. Por ello, se presentan muchos campos posibles de intervención, con los objetivos de controlar el estrés y de modificar la conducta en el paciente", agregó Pozuelo.
La depresión: enemiga luego de un by pass
Hace más de 40 años, el Dr. René Favaloro realizó el primer by pass coronario, cirugía que, sin dudas, cambió la historia de la enfermedad coronaria y ha salvado millones de vidas.
Recién en los últimos años los especialistas advirtieron que existen algunos factores que influyen positiva o negativamente en los pacientes intervenidos, en especial la depresión: uno de cada dos pacientes sometidos a cirugía de revascularización miocárdica sufren depresión en los meses postoperatorios. La consecuencia es que ven reducida su calidad de vida principalmente por no poder asumir las responsabilidades y las actividades cotidianas como antes de la intervención, por sufrir dolores más frecuentes en el pecho y por la necesidad de una nueva internación.
Uno de los expositores de este simposio, el Dr. Bruce Rollman, de la Universidad de Pittsburgh, desarrolló un tratamiento que denomina "cuidado colaborativo por vía telefónica" para reducir la depresión post-operatoria en pacientes sometidos al by-pass coronario. El abordaje colaborativo consiste en identificar a aquellos pacientes con diagnóstico de depresión post-operatoria y llamarlos por teléfono en forma periódica, una vez instalados en su casa para conocer su estado de ánimo. El equipo interdisciplinario del Dr. Rollman indica luego una serie de recomendaciones a su médico de cabecera y, con su autorización, son comentadas al paciente. Los consejos pueden incluir desde la necesidad de realizar un tratamiento psicológico o psiquiátrico clásico hasta la prescripción de medicación antidepresiva.
Según el Dr. Luciano Sposato, Director del Departamento de Neurología de Adultos de INECO, "el problema de la depresión post-operatoria en la cirugía de revascularización miocárdica es que en una gran proporción de los pacientes pasa desapercibida y no es tratada adecuadamente". Por ello, el especialista recomienda que "los pacientes que tengan la sospecha o la sensación de estar deprimidos, deberían comunicárselo a sus médicos, porque el tratamiento de la depresión tiene un enorme impacto positivo, no solo en el postoperatorio de cirugías vasculares sino también en otras situaciones como en la rehabilitación del accidente cerebrovascular".