Internet trajo cambios en el funcionamiento cerebral
La neuróloga Nora Grañana del staff médico de la Clínica Angelus de San Isidro y del Hospital Austral, habla acerca de un interesante estudio realizado, al respecto, en la Universidad de Londres. El tener un universo de información “con un click” posibilita contar con diversas herramientas visuales y cognitivas. Esto, lejos de ir en detrimento de la lectura y el aprendizaje, genera motivación sobre todo para los adolescentes.
Los adolescentes y jóvenes estarían perdiendo la capacidad de leer textos largos, así como también la de concentrarse en una sola tarea como por ejemplo, leer un libro. Esta fue la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Londres, luego de analizar a 100 voluntarios, con el objetivo de determinar el impacto del avance de Internet. El estudio realizó preguntas que requerían cierta investigación y estableció que los adolescentes (en comparación con los adultos que también participaron del ensayo), consultaban la mitad de los sitios de Internet, y además hacían “zapping”. Es decir que difícilmente volvían, estando en un sitio, a otro visitado anteriormente.
Si bien a priori estas podrían ser conclusiones negativas o contrarias al desarrollo de Internet, al ser consultada, la Dra. Nora Grañana, neuróloga de la Clínica Angelus y del Hospital Universitario Austral, sostuvo: “El estudio primero es interesante porque rescata la importancia que está tomando hoy Internet como el medio de información preferido por los jóvenes, y cómo la adquisición de conocimientos a través de la lectura se está reinventando gracias a esta tecnología. Pero, adentrándonos en las conclusiones de la experiencia, debemos rescatar como tema clave que las personas en general aprenden y se interesan más por buscar información sobre un tema cuando éste los motiva. En eso, Internet lleva ventaja porque gracias a los elementos que se combinan, la web ya es muy motivadora de por sí”, añadió la experta.
Afirmó que también es importante considerar que actualmente, a sólo un click de distancia, es posible investigar sobre cualquier tema, mientras que antes era necesario comprar o rentar un libro o una enciclopedia. “Y aún haciendo ‘zapping’, sería interesante conocer si las respuestas de los adolescentes fueron correctas”, agregó.
Fomentar el conocimiento en casa y en la escuela
El impulso de Internet es imposible de frenar. Entonces, para aprovechar mejor sus potencialidades, ¿qué mejor que sumar herramientas?. En este sentido, la Dra. Grañana afirmó: “Creo que no debemos pensar en prevenir los cambios en el funcionamiento cerebral, desarrollo cognitivo o proceso de aprendizaje que pueda haber introducido Internet, sino más bien plantearse cómo se puede llevar a la práctica el desafío de aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías, más motivantes y que a la vez facilitan la apertura y dan acceso a múltiples opciones”.
Explicó que, aunque escasos, estudios sobre el aprendizaje con Internet como el realizado por Alvermann y Cols, demuestran que “este medio permite un mayor enganche con la lectura y facilita el seguimiento de temas de interés”.
Por todo esto es fundamental que tanto en la casa como desde la escuela se fomente y promueva la lectura de un tema de interés desde diferentes perspectivas.
También, en el caso de los docentes, es necesario repensar las estrategias, las propuestas y los objetivos educativos que se tienen al enfrentarse a una generación de la “net”.
“Es necesario acompañar el cambio y volcarse a un modelo educativo más interactivo en el cual el profesor no sea el único proveedor de conocimientos, sino que más bien actúe moldeando y guiando la manera de acceder a ellos. La idea es que los textos no sean algo para aprender de memoria, sino una herramienta para construir conocimiento. Como decía un viejo profesor: ‘saber no es decir todo de memoria, sino aprender adónde ir a buscar”, recordó la Dra. Grañana.
Entonces, en definitiva, serán los padres y los profesores los responsables de enseñar a los chicos a utilizar Internet y sus potencialidades no como una ‘caja boba’, sino como un medio que genera desafíos.
“Para esto, nada mejor que escucharlos, ver cuáles son los temas que les interesan, preguntarles para generar mayor profundidad en los conocimientos y enseñarles a realizar lecturas críticas”, concluyó la especialista.