El Dr. Raúl Valdez, vecino de San Isidro y jefe del Servicio de Dermatología del Sanatorio Angelus y del Hospital Universitario Austral recibió el premio Academia Nacional de Medicina, por haber creado un Consejo Federal de la especialidad.
Observó que la Dermatología se enseñaba de manera distinta según la región de la Argentina: en el Norte, el Oeste, en Buenos Aires, la formación de los residentes y de los alumnos de las carreras de especialización variaban.
Esta disparidad motivó al Dr. Raúl Valdez a concebir y poner en marcha, junto con colaboradores, el Consejo Nacional de Dermatología (CONADER). El organismo funciona en el marco de la Sociedad Argentina de Dermatología desde el 2006, con el objetivo de unificar los criterios y estándares mínimos para el posgrado en Dermatología en todo el país. “Están representadas todas (o casi todas) las universidades que tienen la especialización”, destacó el especialista, que es además docente de la carrera de Medicina de la Universidad Austral.
La iniciativa, volcada en el trabajo “Conformación de un consejo nacional de dermatología” (Valdez, Saraceno, Marini, Giménez, Iturre de Aguirre y Ruiz Lascano), le valió el premio "Academia Nacional de Medicina", dedicado este año a la educación de posgrado.
El Dr. Valdez explica que parte de la creación de CONADER surgió por un tema legal: la ley de educación y la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) piden a los centros universitarios títulos homologables, es decir, “que los alumnos estudien lo mismo en todos lados”.
Junto con su equipo, decidieron entonces aplicar a través del Consejo una formación teórica y práctica común, y unificar los sistemas para acreditar las residencias y los Servicios de Dermatología en los cuales formarse. Este ha sido en principal logro de CONADER, además de haber sido aceptada como entidad acreditadora de residencias ante el Ministerio de Salud, que, aclaró el Dr. Valdez, “delega en el CONADER esta responsabilidad”.
Por otra parte, el Consejo realizó un relevamiento de datos de los dermatólogos con residencia en la Argentina y de los centros formadores (denominado “censo de Dermatología”) para conocer la realidad de la especialidad.
El impacto del CONADER es manifiesto: “La Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, no da vacantes para alumnos a los Servicios de Dermatología que no estén acreditados por el Consejo. Además, hemos visto que muchos Servicios de Dermatología del país, para poder ser acreditados, empezaron a mejorar su calidad, a levantar sus estándares, a ampliar sus horarios de formación, a conseguir más equipos, entre otros”, concluyó el Dr. Valdez.