Cada 17 de Mayo es el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, una jornada para concientizar sobre esta afección y promover enfoques preventivos sobre una enfermedad que afecta a 1 de cada 3 argentinos.
La hipertensión es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida por encima de 140 mm Hg o máxima y/o 90 mm Hg o mínima.
El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.
Tensión sistólica es el número más alto y representa la tensión que genera el corazón cuando bombea la sangre al resto del cuerpo. La tensión diastólica es el número más bajo y se refiere a la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón.
La hipertensión es una patología crónica que puede dañar los vasos sanguíneos y el corazón. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta síntomas claros y de allí la importancia de controles médicos periódicos.
Las enfermedades cardiovasculares, en muchos casos provocadas por la hipertensión, son la causa principal de la muerte de mujeres en la Argentina. Según la información del Ministerio de Salud de la Nación, en 2019 fallecieron 95 mujeres por día, totalizando 34.917 en el año.
La hipertensión es una patología tratable, pero si no se trata adecuadamente puede provocar infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y ACV (accidentes cerebro vasculares).
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Este daño en las paredes favorece que se depositen colesterol y triglicéridos en ellas, lo que permite el desarrollo de la esclerosis.
Entre las causas no modificables se encuentran los factores genéticos (hay más posibilidades de tener hipertensión arterial si los padres la han tenido), el sexo (los hombres tienen más predisposición que las mujeres hasta la menopausia, luego se igualan las posibilidades), la edad (a mayor edad aumenta la presión mínima y alta), la raza (las personas de raza negra tienen el doble de posibilidades que otros).
En tanto las causas evitables están el sobrepeso y la obesidad, que exponen a tener la presión arterial por encima de los valores recomendables. Los obesos, independientemente de la edad, tienen entre dos y tres veces más tendencia a desarrollar hipertensión. El sodio, que principalmente se incorpora al cuerpo mediante el consumo de sal de cocina, es también un factor de riesgo importante para todas las personas y suele ser de las primeras cosas que el médico indica reducir o eliminar de la dieta.
Por otra parte, los problemas relacionados con el riñón, el consumo de corticoides y de anticonceptivos pueden influir en la aparición de la hipertensión arterial.
Además existen consumos que colaboran con la aparición de hipertensión, entre otras serias complicaciones. El alcohol, la cocaína, la marihuana y la nicotina son fuertes factores de riesgo que deben considerarse junto al resto de las causas mencionadas.
La prevención es fundamental
Tener hábitos de vida saludable, no fumar y evitar el sobrepeso y la obesidad, son los principales factores de prevención de la hipertensión. Mantener una dieta sana y practicar ejercicio regulamente puede ayudar a evitar la aparición de esta patología.
Fuentes: Centros para el control y prevención de enfermedades / Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial