Los fumadores de marihuana tienen más riesgo de ataque cardíaco y de cáncer de testículos
A los pocos minutos de inhalar el humo de la marihuana, la frecuencia cardíaca pasa de 70 u 80 latidos por minuto a 90 o 130, las vías respiratorias se relajan y se expanden y los vasos sanguíneos de los ojos se dilatan, por lo que los ojos se ven enrojecidos.
Algunos datos sugieren que el riesgo de sufrir un ataque cardíaco que tiene una persona durante la primera hora después de fumar marihuana es casi 5 veces más alto que su riesgo natural. Esto podría deberse a que por un lado la presión arterial y la frecuencia aumentan, pero al mismo tiempo se reduce la capacidad de la sangre de transportar oxígeno.
La marihuana también puede causar vértigo o mareos al ponerse de pie, lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir desmayos y caídas.
Estos efectos en la salud se deben examinar más a fondo, en particular ante el aumento del consumo de marihuana "medicinal" entre personas que tienen problemas de salud y ancianos que pueden tener una mayor vulnerabilidad inicial debido a factores de riesgo cardiovascular relacionados con la edad.
Algunos estudios han demostrado un vínculo claro entre el consumo de marihuana en la adolescencia y un mayor riesgo de contraer un tipo de cáncer en testículos de gran malignidad (tumor testicular germinal no seminomatoso) que aparece predominantemente en los hombres jóvenes. La aparición temprana de cánceres testiculares comparada con la del cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer indica que, independientemente del modo en que contribuya la marihuana, esa contribución se puede acumular en tan solo unos pocos años de consumo.
Hay estudios que demuestran que en casos aislados el consumo crónico de marihuana puede causar el síndrome de hiperemesis cannabinoide, un trastorno caracterizado por episodios recurrentes e intensos de náuseas, vómitos y deshidratación que ocurre en personas menores de 50 años de edad que han consumido marihuana durante mucho tiempo.
Otra inquietud relacionada con la marihuana "medicinal" es que se sabe poco del efecto a largo plazo que su consumo puede tener en las personas que son más vulnerables a causa de su salud o su edad, como los adultos mayores o los pacientes de cáncer, SIDA, enfermedades cardiovasculares, esclerosis múltiple u otros trastornos neurodegenerativos. Será necesario continuar investigando para determinar si las personas cuya salud se ve afectada por una enfermedad o su tratamiento (como la quimioterapia) corren un mayor riesgo de sufrir efectos adversos por el consumo de marihuana.
Sobre el posible efecto psicoactivo de la exposición secundaria al humo de la marihuana, se detectó el principio activo (THC) en análisis de orina de no fumadores en las horas posteriores a estar en un ambiente no ventilado y con fumadores de marihuana de alta concentración. Un estudio de seguimiento halló que las personas que no fumaron y estuvieron en un espacio cerrado con personas que fumaban marihuana con alto contenido de THC tuvieron efectos subjetivos leves de la droga -"euforia por contacto"- y mostraron leves deficiencias en el desempeño de actividades motrices.
No existen investigaciones con seres humanos que vinculen el consumo de marihuana con la posibilidad de sufrir abortos espontáneos, aunque estudios con animales indican que el riesgo de aborto espontáneo aumenta si se consume marihuana al comienzo del embarazo. Se han hallado ciertos vínculos entre el consumo de marihuana durante el embarazo y futuros trastornos evolutivos y de hiperactividad en los niños. La investigación ha demostrado que las mujeres embarazadas que consumen marihuana tienen un riesgo 2,3 veces mayor de muerte fetal.
La investigación con seres humanos ha demostrado que algunos bebés cuyas madres consumieron marihuana durante el embarazo presentan respuestas alteradas a estímulos visuales, mayor temblor y un llanto muy agudo, lo cual podría indicar la existencia de problemas en el desarrollo neurológico. En la escuela, los niños expuestos a la marihuana tienen más probabilidades de presentar carencias de aptitudes de resolución de problemas, memoria y capacidad de permanecer concentrados. La exposición prenatal a la marihuana también se relaciona con una mayor probabilidad de que la persona consuma marihuana de joven, incluso cuando se consideran otros factores que influyen en el consumo de drogas.
Se sabe muy poco sobre el consumo de marihuana y la lactancia. Un estudio sugiere que una cantidad moderada de THC llega a la leche materna cuando una madre lactante consume marihuana. Hay datos que indican que la exposición al THC a través de la leche materna en el primer mes de vida podría causar un deterioro en el desarrollo motor al año de edad. Dado que el cerebro del bebé aún se está formando, el THC que se consume en la leche materna podría afectar el desarrollo cerebral.
[Fuente: Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos]