El Dr. Daniel Grassi, Jefe de Medicina Interna de la Clínica Angelus de San Isidro, afirma que hasta hace algunos años, determinadas afecciones como las cardiovasculares parecían exclusivas del sexo masculino, pero el avance de las mujeres en determinados campos, la masificación del tabaquismo, hizo que la prevalencia se emparejara. Pero, ¿qué ocurre con otras enfermedades?.
Las mujeres y los hombres no son iguales. Eso está claro y ha sido demostrado desde todos los ángulos. Pero, ¿qué pasa con la salud? ¿Ellos y ellas se enferman igual y de las mismas cosas o poseen la exclusividad de ciertas enfermedades?. "Entre ambos sexos hay diferencias hormonales, anatómicas y de hábitos, entre otros factores, que explican las variaciones", postuló el Dr. Daniel Grassi.
"En el caso de las mujeres, el sistema hormonal puede determinar ciertas enfermedades que son exclusivas del sexo femenino, más allá de que por supuesto también influyen la raza, el clima, la herencia genética y la geografía", completó el profesional. Entre las patologías propias de las mujeres figuran: el cáncer de mama, los miomas uterinos, el HPV y los quistes de ovario; mientras que hay otras que son más frecuentes en el sexo femenino pero que pueden darse en hombres, como la patología tiroidea, la osteoporosis, la artritis, la obesidad, el colon irritable, la anorexia, la depresión, el Lupus Eritematoso Sistémico, la Arteritis Temporal y las infecciones urinarias.
"La depresión, por ejemplo, es aproximadamente dos veces más frecuente en el sexo femenino que en el masculino, y se sabe que la menopausia es un factor de influencia, aunque no el único", añadió el Dr. Grassi.
Justamente, la menopausia marca no sólo el fin de la vida fértil, sino también un límite a la protección de los estrógenos, que a su vez genera –por ejemplo– el aumento del riesgo cardiovascular. "Numerosos estudios clínicos señalan que los hombres son más susceptibles a sufrir enfermedades cardiovasculares en comparación con las mujeres de su misma edad. Sin embargo, en el sexo femenino la protección esta íntimamente relacionada con el nivel de estrógenos en sangre; por lo tanto cuando esa protección cesa, aumenta el riesgo", remarcó la Dra. Boechat.
"Algo similar –continuó Grassi– ocurre con el cáncer de pulmón: si bien la mortalidad continúa siendo mayor entre los hombres, el aumento en el consumo de tabaco por parte de las mujeres provocó que tengan más riesgo de morir por cáncer de pulmón que por cáncer de mama. Del mismo modo, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en las mujeres".
En cuanto al abordaje de los pacientes, según el especialista, no hay diferencias significativas. Pero deben tenerse en cuenta aspectos psicológicos, especialmente ante enfermedades crónicas o graves que hacen necesario un enfoque particular. "Mujeres y hombres comparten muchos problemas de salud, pero no siempre les afecta del mismo modo. Por eso la manera de abordar a los pacientes puede ser la misma aunque, según el diagnóstico, suele ocurrir que la mujer requiera mayor contención", afirmó Grassi.