No al cambio de registros de bautismo para personas trans
Los seres humanos y los animales nacen con un sexo. Son machos o hembras y aunque se los disfrace, se los mutile y se los nombre como si fueran del sexo contrario, morirán siendo lo que son. Esto es tan básico, tan elementalmente científico, que hasta un niño de corta edad o un aborigen alejado de toda "contaminación" cultural lo comprende y defiende.
Un hombre de 46 años, salteño, activista trans, que se hace llamar Alba Rueda, se ha desempeñado a cargo de la subsecretaría de Políticas de Diversidad dentro del ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad y fue promovido al cargo de Representante Especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Paradójicamente, fue con esa función que recibió del secretario Estado Antony Blinken y de Jill Biden, esposa del presidente de los E.U.A. el premio International Women of Courage el miércoles 8 de Marzo, el día internacional de la mujer. Rueda estaba vestido con una chalina celeste, rosa y blanca, los colores de la bandera del orgullo trans.
El P. Javier Olivera Ravasi en su sitio web http://www.quenotelacuenten.org/, señala que en 2019, Rueda logró que en su D.N.I. aparezcan sus datos como si fuera una mujer y solicitó al arzobispado de Salta que también se modificase el libro de Bautismo, con la finalidad de que su nombre impreso en el alma por el primero de los sacramentos, fuese cambiado.
La Iglesia, siguiendo las disposiciones eclesiales actuales se negó a modificar el nombre y sólo accedió a anotar en nota marginal que "xxx Rueda", por disposición legal argentina, poseía ahora el documento con el nombre de "Alba".
Dado que esto no fue suficiente para el activista, el caso se judicializó, recibiendo una negativa de parte de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y, el 20 de Abril, otra negativa por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, órgano superior en la Argentina.