Ante versiones que estimamos falta de objetividad y veracidad que se difundieron recientemente en relación con el embarazo de 25 semanas y posterior microcesárea de una niña de once años, los Médicos por la Vida Tucumán, nos vemos en la obligación de señalar lo siguiente:
Un embarazo, sea cual fuere su origen, NO ES UNA PATOLOGÍA. Puede en pocos casos cursar con complicaciones que deberán ser tratadas por especialistas, pero la solución de las mismas no consiste en "interrumpir el embarazo", sino en tratamientos que apuntan a cuidar la vida de la madre y del hijo que se forma y crece en su vientre.
En este aspecto, se ha difundido que la niña cursaba una preeclampsia. La preeclampsia es una enfermedad propia del embarazo con una frecuencia del 2% al 5% de la población y suele darse en su gran mayoría durante el tercer trimestre. Esta complicación de la gestación requiere un tratamiento farmacológico específico (sulfato de magnesio) e internación en Terapia Intensiva.
Con este tratamiento se logra estabilizar a la paciente, se previene su progresión hacia la eclampsia y permite continuar con el embarazo hasta lograr la viabilidad del niño por nacer. NO ES NECESARIO EXTRAER CON URGENCIA AL BEBÉ EN GESTACIÓN PARA TRATAR LA PREECLAMPSIA.
Cuando se está ante un cuadro de preeclampsia grave, se observa que la paciente tiene una fuerte cefalea, visión borrosa, intolerancia a la luz brillante, cansancio, náuseas, vómitos, entre otros signos y síntomas. Incluso en estos casos la indicación es farmacológica y de reposo hasta lograr la mayor madurez posible (idealmente a las 34 semanas) del embarazo antes de realizar una cesárea, gracias a lo cual el riesgo de complicaciones para la madre y su hijo disminuyen considerablemente.
Cabe aclarar que una cesárea solamente es posible cuando A PARTIR DE LAS 28 SEMANAS se forma el "segmento uterino", un cambio anatómico en el útero que favorece la intervención quirúrgica. Por el contrario, antes de las 28 semanas de gestación sólo se puede hacer una microcesárea, es decir, una incisión sobre el cuerpo del útero. Esto conlleva UN RIESGO MUCHO MAYOR PARA LA EMBARAZADA porque tiene un mayor sangrado intraoperatorio, complicaciones en la extracción de la placenta (puede requerir legrado intrauterino), y en posteriores embarazos aumenta la posibilidad de rotura uterina. Además, claro está, del altísimo riesgo de complicaciones en el bebé nacido sin haber logrado una buena maduración.
Con todo esto en mente, nos parece importante revisar la información que se ha difundido acerca del procedimiento que se le hizo a la niña de 11 años que cursaba las 25 semanas de gestación. Quienes la intervinieron dijeron conmovidos –comprensiblemente- que en el primer encuentro con la niña, ella se encontraba jugando en la cama.
Es difícil entender cómo una niña con preeclampsia grave –que, repetimos, perfectamente podría haber sido tratada farmacológicamente y con cuidados permanentes hasta lograr una mayor maduración de su bebé- pueda estar "jugando con sus juguetes de plástico".
La experiencia demuestra sobradamente que cuando un niño juega, tiene un estado de salud razonablemente bueno. También resulta confuso por qué no se le hizo el tratamiento con sulfato de magnesio ni se la ingresó en terapia intensiva antes de la cirugía, como indica el procedimiento ante los casos de preeclampsia.
Asimismo, no comprendemos cómo, SI EL CUADRO ERA DE TAN ALTO RIESGO, el procedimiento no se realizó en la Maternidad de Tucumán, institución de referencia provincial que cuenta con la infraestructura y los recursos necesarios para atender en forma óptima los embarazos de alto riesgo y para brindar asistencia neonatológica más adecuada para los recién nacidos con prematurez extrema.
Y si no había una urgencia obstétrica, ¿por qué no se programó el procedimiento en un ámbito seguro y controlado? ¿A QUÉ SE DEBIÓ TAMAÑA NEGLIGENCIA?
Ante esta sospechosa contradicción entre lo difundido y lo que sucede en un verdadero cuadro de preeclampsia, solicitamos se arbitren cuanto antes los medios necesarios para que se pueda conocer la verdad de lo ocurrido la noche del 26 de Febrero de 2019.
