Con el justificativo de que la libertad de prensa incluye el "derecho a la blasfemia", los editores de la revista política francesa "Charlie Hebdo" publicaron un número extraordinario incluyendo caricaturas de profeta Mahoma, nacido en el siglo VI de la era cristiana.
Así había anunciado el abogado Richard Malka. "#JeSuisCharlie significa también derecho a la blasfemia", dijo.
Imposible sentir agrado o estar relajado por el brutal ataque perpretado por fanáticos musulmanes a la redacción de la publicación, lo que dejó un saldo de 12 muertos e impulsó una multitudinaria y particular marcha en París, además del repudio de la comunidad internacional.
Pero, valga decirlo, continuar con la actitud de burlarse del líder fundador de una comunidad religiosa es, sin dudas, jugar con cosas serias.
¿Sería imposible que fundamentalistas del Islam tomaran represalias contra sedes diplomáticas o empresas francesas por el mundo, Argentina incluida?. NO. Y, en ese caso, ¿serían sólo víctimas francesas?. NO.
¿Es que hay que ser tiernos corderitos que escapan y se esconden frente a la barbarie? Posiblemente la actitud sea plantarse con actitud adulta, y coherente, frente al agresor y establecer una estrategia inteligente. Pero ¿es inteligente cargar las tintas de la ofensa sistemática a la fe de millones (no solo musulmanes) sabiendo que otro golpe puede ser acestado en un territorio tan vasto como lo es... el planeta?
Nadie en su sano juicio podría haber imaginado un ataque como el perpretado a EE.UU. en 2001 y sin embargo ocurrió. ¿Es que hay que quedarse quieto y sólo ofrecer la otra mejilla? Tal vez no. Pero envalentonarse para respaldar a una publicación que, como un chico malcriado que todo toca y rompe en un comercio mientras sus padres hacen las compras, sin ponerle coto alguno, es raro.
Aunque, pensándolo bien, esas madres que están a los gritos y sacudones intentando contener a su malcriado son, parte del problema. Francia, a pesar de sus mitos revolucionarios, no ha sido coherente. Alimentó y participó de cuanto conflicto bélico pudo y es, como otros, parte importante de la industria armamentista. Arte y glamour por un lado. Guerra y negocios por otro.
No es comprensible para seres humanos partidarios de la sana convivencia, de la paz, adherir a esa visión absoluta que considera que la libertad de prensa... no tiene límite alguno. Que burlarse de la fe de judíos, católicos o musulmanes sea considerado un "derecho", que la violencia física debe tener un límite, pero la violencia verbal o gráfica no.
Bajo el mismo criterio, lo que hoy conocemos como violencia psicológica (la ejercida por padres a hijos o de un cónyuge a otro) como paso previo a la agresión física, no debería ser considerada importante. Sin dudas, la agresión recibida por una persona, aunque no tenga marcas en el cuerpo es realy debe ser tenida en cuenta.
Es por eso que no resulta coherente escandalizarse por la muerte a balazos de 12 personas y no poner en la balanza las brutalidades lanzadas sistemáticamente por Charlie Hebdo.
Es difícil entender para cualquiera de nosotros también, digámoslo, la forma de vida de países donde las leyes autorizan a mutilar a las mujeres, cortar la mano de un ladrón o apedrear a una mujer considerada adúltera. Cada vez que algún caso de esto se publica no tardan en aparecer los comentarios referidos a cantidad de mancos que habría en ámbitos oficiales en la Argentina...
Por otra parte, los seguidores del Islam han llenado muchas páginas de la historia con muerte y desolación. Dominaron durante siglos el sur de España con el filo de la espada, secuestraron y mataron a miles (al punto que surgió en un momento una orden religiosa cuyos monjes se ofrecían a morir a cambio de los secuestrados por los seguidores de Mahoma). AntonioPrimaldo y sus 800 compañeros (pescadores, artesanos, pastores y agricultores) fueron masacrados por orden de Mahoma II, el Conquistador, un sultán de apenas 21 años, en la pequeña ciudad italiana de Otranto (fueron canonizados por el Papa Francisco en 2013). Son sólo ejemplos a los que hay que sumar episodios contemporáneos.
De todos modos, y para demostrar que los millones de muertos en conflictos armados de todo nivel que tiene la historia contemporánea no han sido en vano, la prudencia y la inteligencia deberían servir para no alimentar la violencia, venga de donde venga.
CURIOSA MARCHA CON LÍDERES POLÍTICOS DEL MUNDO CON CUESTIONABLE COMPORTAMIENTO HACIA EL PERIODISMO
En la multitudinaria manifestación realizada luego del atentado a los responsables de la publicación Charlie Hebdo se encontraban:
el primer ministro Ahmet Davutoglu de Turquía, cuyo gobierno lidera el ranking mundial de periodistas en prisión,
el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu cuyos ataques mataron a 7 periodistas en Gaza en 2014,
el canciller egipcio Sameh Shoukry, cuyo país encarceló a tres periodistas de Al-Jazeera y tuvo detenido a otro por cerca de 500 días,
el canciller ruso Sergey Lavrov, cuyo país encarceló el año pasado a un periodista por "insultar a un servidor público",
el canciller argelino Ramtane Lamamra, cuyo país encarceló a un periodista por 15 meses sin presentar cargos;
el canciller de los Emiratos Árabes Unidos, Abdullah bin Zayed, cuyo país detuvo sin presentarle cargos e incomunicado a un periodista por un mes,
el primer ministro de Túnez, Mehdi Jomaa, cuyo país encarceló a un bloguero por tres años por difamar al ejército,
el primer ministro de Georgia, Irakli Garibashvili, y al de Bulgaria, Boyko Borisov, ambos con historial contra la prensa;
el secretario general de la Organización del Tratado Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, cuya organización todavía debe ser juzgada por el bombardeo deliberado de una estación periodística en Serbia, en 1999,
el presidente Ihrabhim Keita de Mali, país que ha expulsado a periodistas por cubrir abusos a los derechos humanos,
el canciller de Bahrain, Khalid bin Ahmed Al Khalifa, cuyo país ocupa el segundo lugar de periodistas encarcelados per cápita en el mundo;
el príncipe catarí Mohamed Ben Hamad Ben Khalifa Al Thani, cuyo país ratificó en 2013 una condena de 15 años a un hombre por un poema a la revolución árabe,
el presidente palestino, Mahmoud Abas, cuyo estado ha encarcelado a varios reporteros por insultar a Abas,
el primer ministro esloveno, Miro Cerar, donde un bloguero fue sentenciado a seis meses de cárcel por difamación;
el primer ministro irlandés Enda Kenny, país donde la blasfemia es un crimen,
la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, país donde la policía ocupó las oficinas de una revista que tenía documentos problemáticos para el gobierno,
el primer ministro inglés, David Cameron, país que destruyó documentos obtenidos por The Guardian y luego amenazó con demandar,
el embajador saudí, Mohammed Ismail Al-Sheikh, cuyo gobierno condenó a un bloguero a 1.000 latigazos y 10 años de cárcel por "insultar el Islam".
EL MUNDO ÁRABE Y MUSULMÁN CONDENA EL ATENTADO EN FRANCIA
El líder de la comunidad musulmana francesa, el presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán y rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, condenó "en nombre de los musulmanes" de Francia el "horror del crimen" perpetrado en la sede del semanario Charlie Hebdo. "Un crimen es un crimen y es inútil ver en ello una connotación religiosa, y quiero denunciar cualquier intento de vincularlo a mi religión, mis correligionarios y el Islam de Francia", dijo.
"Estamos horrorizados, sorprendidos por la brutalidad y el salvajismo de lo ocurrido; ese no es el comportamiento musulmán, el Islam condena cualquier muerte, cualquier atentado contra la vida", ha concluido Boubakeur.
El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ha mostrado su "consternación" por el ataque y ha expresado sus condolencias al pueblo y el gobierno francés ante lo que ha descrito como "un acto bárbaro que no se puede justificar".
El ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, ha mostrado el apoyo mientras que la Universidad de Al Azhar, el centro suní más importante del mundo, ha tildado el suceso de "ataque criminal".
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Marzieh Afjam, ha apuntado que "cualquier ataque terrorista contra inocentes va contra las enseñanzas del Islam", al tiempo que ha condenado cualquier "uso inadecuado" de la libertad de expresión para atacar a personalidades respetadas por las religiones.
El rey Mohamed VI de Marruecos ha expresado sus condolencias al presidente francés, subrayando que ha recibido la noticia "con una profunda emoción", mientras que Bahréin ha reiterado su apoyo a las autoridades francesas en la lucha contra el terrorismo.
A las condenas se han sumado también los gobiernos de Turquía, Líbano, Jordania, Palestina, Mauritania y Túnez, expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y a las autoridades del país, según los medios locales.
La Junta Islámica, con sede en Córdoba (España), ha manifestado su "más firme repulsa" por el atentado, que ha calificado como "vergonzoso acto de violencia" que "despierta sentimientos de impotencia y tristeza entre la comunidad musulmana y la ciudadanía en general".
¿DE DÓNDE VIENE LA PUBLICACIÓN CHARLIE HEBDO?
Charlie Hebdo representa sostenidamente a la izquierda insolente, anárquica, blasfema y deliberadamente procaz. Ya en la década del '70, en tiempos de Simone de Beauvoir y su solicitada firmada por 343 mujeres (entre ellas Marguerite Duras, Jean Moreau y Catherine Denueve) pidiendo la legalización del aborto, Charlie Hebdo se burló de los que querían evitar que el asesinato intrauterino dejara de ser penalizado.
Los musulmanes no fueron el objetivo central de los editores de la provocadora publicación. Toda vez que pudieron se mofaron brutalmente de la Santísima Trinidad, los pontífices (sugirieron la homosexualidad de Benedicto XVI) y distintos valores cristianos.
El número extraordinario de ocho páginas este miércoles 14 de Enero salió a la venta en varios idiomas y con una tirada de 5.000.000 millones de ejemplares, en lugar de los 60.000 habituales. Se realizó en la redacción de Libération, con la ayuda también del diario Le Monde, que aportó computadoras, y una asistencia de distintos medios y organismos de 500.000 euros.
"No va a ser un número homenaje, ése no el espíritu de Charlie. El espíritu del semanario es hacer reír a la gente", había declarado a France Info desde la redacción improvisada de Charlie Hebdo.