Tras partir en la mañana del martes 17 de Marzo desde Roma hacia la capital de Camerún, Yaundé, el Papa Benedicto XVI señaló que el SIDA en África y en el mundo, "no se puede superar con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan los problemas".
Este comentario provocó reacciones adversas en muchas partes del mundo, cosa que no ocurre cuando el Santo Padre menciona conceptos tan acertados como este, referidos a otros temas de contundente actualidad.
En su acostumbrado diálogo en el avión papal cuando emprende alguno de sus viajes apostólicos, en este caso el primero que lo lleva a tierras africanas, el Santo Padre precisó que la "única vía eficaz para luchar contra la epidemia es una renovación espiritual y humana de la sexualidad", unida a un "comportamiento humano moral y correcto, destinada a sufrir con los sufrientes".
Benedicto XVI también recordó que la Iglesia hace muchas cosas por los enfermos de SIDA en África, informó la agencia Ansa.
Al comentar la situación de la Curia Vaticana tras la remisión de la excomunión a los 4 obispos lefebvristas, el Santo Padre dijo que su supuesta soledad y su alegado distanciamiento de los cardenales es tan solo un "mito ridículo".
"No me siento solo de ninguna manera", comentó. "Me dan ganas de reír cuando lo oigo. Estoy rodeado de amigos, y cada día veo a mis colaboradores, los jefes de los dicasterios y los obispos", añadió.
El problema del preservativo
Si bien se lo promueve con insistencia como "el camino" de la prevención, el preservativo es un engaño al que se somete a hombres y mujeres, adjudicándole una efectividad mayor de la que realmente tiene.
La realidad en la que se mueven muchos, con relaciones sexuales procaces, ocasionales, sin compromiso, van reduciendo la "seguridad" que presenta este recurso en el laboratorio. Hace casi 30 años que apareció el SIDA en el mundo y la mayor parte de ese tiempo las "campañas" oficiales se basaron en el uso del preservativo, y no en un comportamiento responsable y oportuno. Frente a tantos años de batallar con el mensaje del preservativo, el SIDA no deja de extenderse.
Ningún adolescente escucha de parte del Estado o de ONG relacionadas con esta temática, que lo que debe hacer es postergar la vida sexual hasta que tenga un marco de amor y respeto. Todos reciben un mensaje claro hacia la satisfacción del deseo sin ponerle obstáculos, sin importar a qué edad, con quién y por cuánto tiempo.
Con estos elementos y consejos, los jóvenes -principalmente- transitan una "vida sexual" (en realidad una vida "genital") en la que sin mediar sentimiento alguno y sin pretender que lo haya, entregan su cuerpo a mas o menos ocasionales parejas.
La prostitución (promovida de muchas formas y creciente cuanto mayor pobreza e indignidad hay), el consumo de drogas y de alcohol (que derriban el dominio de los actos y la conciencia), la homosexualidad (con su "natural" ejercicio de riesgo y su promiscuidad), la soberbia y la ignorancia cabal del problema, hacen que el alto porcentaje de efectividad que se suele dar al preservativo se reduzca al 70%. Esto quiere decir que 3 de cada 10 personas que mantengan relaciones sexuales pueden contagiarse o contagiar el VIH y desarrollar SIDA.
Súmesele a esta situaciones las que se dan en cárceles (estímulo y ejercicio de la homosexualidad más allá de pabellones específicos, violaciones y peleas), en villas de emergencia (con abusos, promiscuidad y descontrol), y con los que "consumen" prostitución pagando más por el no uso del preservativo, y el panorama, al menos en la Argentina, se torna cada vez más preocupante y sin solución aparente.
Lo dicho por Benedicto XVI no es nuevo ni cambia el mensaje que da la Iglesia (ni el de algunas creencias cristianas no católicas) desde hace muchos años: El descrédito del auténtico amor, la indignidad a la que se ven sometidas muchas mujeres, el estímulo del consumo de distintas formas de prostitución, la consideración de la homosexualidad como "una opción más", la torpeza de considerar válido y dentro del ámbito personal el consumo de drogas, son parte de un problema serio que nadie atina a enfrentar de forma integral.
Al menos es fácil imaginar que muchos sacan grandes beneficios mientras no se abordan estos temas con seriedad:
Los fabricantes de preservativos y toda su cadena de comercialización, incluído el Estado (un gran comprador). Los que hacen negocios con todas las formas de delito. Los que sacan provecho del clientelismo político en barrios pobres. Los que están relacionados con todas las formas de prostitución. Los laboratorios que producen medicación contra el SIDA y sus consecuencias.
